Patrañas pedagógicas « Geografía Subjetiva
Yo hice el CAP. Todos aprobamos. Era un impuesto.
Pero se podría haber aprovechado.
En un aula, de repetidores, de asignaturas universitarias, presentes los alumnos del CAP, repartiéndose los temas a enseñar de ese aula de repetidores. Acabando las clases con las críticas, buenas y malas a la forma de dar esa clase. Aprendiendo de los errores y aciertos de los compañeros de CAP.
En mi caso, Económicas, no enseñaron un poco la ley, dios una clase libre a nuestros compañeros aburridos, lo hiciésemos bien o mal, y recibimos clases de docencia específica de uno de los que cnsiderábamos peores profesores cuando yo estudiaba. - tengo que decir que en este caso lo hizo bastante mejor -.
Yo tengo un peculiar estilo de enseñar, a la mayoría les encanta, y a algunos pocos les fastidia. Les hago pensar, que me cuenten los conceptos con sus palabras, utilizo reglas mnemotécnicas para lo poco que tengan que memorizar, y no los examino hasta que todos (o casi) se lo saben, haciendo exámenes diarios de recuperación a los suspendidos hasta que se lo sepan y aprueben. Enseño casi com si de clases particulares se tratara y que mi sueldo fuese en que todos (o casi) aprobaran.
Estilo que me ha costado navajazos de los compañeros de departamento, todo sea dicho.
Eso si mis ex alum@s me saludan con cariño.
Intento ser lo que me hubiese gustado que fuesen mis profesores. Pero o tengo unos gustos muy raros, o esa filosofía no es compartida por los que me han tocado. Que poquitos saben enseñar, no digo excelentemente bien, digo saben, porque recitar no es enseñar, y exponer tampoco, enseñar es transmitir el conocimiento, y con tasas de suspenso enormes implica que no se ha transmitido.
Otra cosa es el negocio, en muchos centros enseñan mal y suspenden para mantener el negocio vivo, para mantener una tasa de matriculados y que su puesto de trabajo permanezca intacto, sean privados, para maximizar el dinero - debería ponerse un máximo de coste por carrera para evitar estos abusos - es más yo pondría una ley en la que el precio de la matrícula sirva para todas las convocatorias que sean necesarias hasta la obtención del aprobado. Pues el coste de corrección de un examen, no es el mismo que el de tener a un alumno en el aula (repitiendo no se suele asistir al aula), si es necesario que lo suban algo, pero ese coste es mejor que el de que te enseñen mal, o te suspendan por puro negocio.
Por ultimo, y no menos importante, todos los profesores deberían ser evaluados por todos sus alumnos, y ser las medias y varianzas de los resultados publicadas, año a año. Para en los casos de manifiesta incapacidad docente sean expulsados de la actividad docente, y en casos mal valorados, se les den cursos de mejora evaluables año a año.
Yo hice el CAP. Todos aprobamos. Era un impuesto.
Pero se podría haber aprovechado.
En un aula, de repetidores, de asignaturas universitarias, presentes los alumnos del CAP, repartiéndose los temas a enseñar de ese aula de repetidores. Acabando las clases con las críticas, buenas y malas a la forma de dar esa clase. Aprendiendo de los errores y aciertos de los compañeros de CAP.
En mi caso, Económicas, no enseñaron un poco la ley, dios una clase libre a nuestros compañeros aburridos, lo hiciésemos bien o mal, y recibimos clases de docencia específica de uno de los que cnsiderábamos peores profesores cuando yo estudiaba. - tengo que decir que en este caso lo hizo bastante mejor -.
Yo tengo un peculiar estilo de enseñar, a la mayoría les encanta, y a algunos pocos les fastidia. Les hago pensar, que me cuenten los conceptos con sus palabras, utilizo reglas mnemotécnicas para lo poco que tengan que memorizar, y no los examino hasta que todos (o casi) se lo saben, haciendo exámenes diarios de recuperación a los suspendidos hasta que se lo sepan y aprueben. Enseño casi com si de clases particulares se tratara y que mi sueldo fuese en que todos (o casi) aprobaran.
Estilo que me ha costado navajazos de los compañeros de departamento, todo sea dicho.
Eso si mis ex alum@s me saludan con cariño.
Intento ser lo que me hubiese gustado que fuesen mis profesores. Pero o tengo unos gustos muy raros, o esa filosofía no es compartida por los que me han tocado. Que poquitos saben enseñar, no digo excelentemente bien, digo saben, porque recitar no es enseñar, y exponer tampoco, enseñar es transmitir el conocimiento, y con tasas de suspenso enormes implica que no se ha transmitido.
Otra cosa es el negocio, en muchos centros enseñan mal y suspenden para mantener el negocio vivo, para mantener una tasa de matriculados y que su puesto de trabajo permanezca intacto, sean privados, para maximizar el dinero - debería ponerse un máximo de coste por carrera para evitar estos abusos - es más yo pondría una ley en la que el precio de la matrícula sirva para todas las convocatorias que sean necesarias hasta la obtención del aprobado. Pues el coste de corrección de un examen, no es el mismo que el de tener a un alumno en el aula (repitiendo no se suele asistir al aula), si es necesario que lo suban algo, pero ese coste es mejor que el de que te enseñen mal, o te suspendan por puro negocio.
Por ultimo, y no menos importante, todos los profesores deberían ser evaluados por todos sus alumnos, y ser las medias y varianzas de los resultados publicadas, año a año. Para en los casos de manifiesta incapacidad docente sean expulsados de la actividad docente, y en casos mal valorados, se les den cursos de mejora evaluables año a año.
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