Manuales universitarios « Geografía Subjetiva
Hace falta un buen sistema de EVALUACIÓN DEL PROFESORADO, de forma que los/as alumnos/as puedan o escoger profesor/a (en centros grandes, debe ser público) o poder recusar y a medio plazo despedir a los/as malos/as profesores.
Pero en la Universidad española el sistema es de FUNCIONARIOS AUTOGESTIONARIOS, - en otros funcionariados como el de la justicia es similar - de forma que el funcionamiento es parecido al de una COOPERATIVA, donde aunque haya profesores/as por la decencia en la docencia, NO SE ATREVEN a criticar siquiera a los caraduras - por ser suave en el calificativo -. Es más los/las buenos/as profesores/as son los más vilipendiados por sus compañeros/as, la mayoría malos/as.
Además los altos cargos ministeriales y autonómicos suelen ser funcionarios universitarios, y no ex alumnos con ganas de arreglar las cosas, por lo que, sabiendo de su vuelta, ni se atreven a intentar cambiar las cosas.
Con este panorama, hasta que no llegue un presidente con ganas de revolucionar la docencia universitaria, y que ponga a alguien con las mismas ganas proveniente del movimiento estudiantil, que se sepa los trucos, chanchullos y mentiras de los/las profesores/as se seguirá retrocediendo.
Para empezar yo sugeriría que fuese obligatorio (ya que les pagamos todos los españoles) que cada asignatura tuviese un manual escrito por uno o varios docentes, de una o varias universidades, GPL publicado en la red, al menos en PDF.
Así cualquier ciudadano podría estudiar el manual / los manuales. Además los servicios de publicaciones de las universidades deberán publicar los manuales a precios razonables (impresión y poco más) organizándose en el caso de estudios poco concurridos para ediciones conjuntas con otros centros.
Esto vale tanto para las enseñanzas universitarias, como para las obligatorias y medias.
Añadiendo que se haga por capítulos para que los profesores/as puedan mezclar capítulos y hacer ediciones personalizadas para sus centros, en el caso de la enseñanza privada (concertada) donde dependen de los ingresos de la venta de libros, podrían mantenerlos bajando el precio de la factura a los padres al autoeditarlos.
Además los estudiantes, ante temas dificultosos podrían acceder mediante la web a aprenderlo de otras fuentes buscando otras redacciones de los capítulos más dificultosos para ellos.
Esta revolución editorial tendría víctimas, autores (no tanto) y librerías (no tanto por la competencia de centros y grandes almacenes) y editoriales (sobre todo) pero ganaría la sociedad.
Este movimiento, lo podrían empezar los sindicatos, que añadirían además ciertos ingresos si son listos proveyendo de servivios de impresión - aunque fuesen subcontratados -. Menos que las editoriales, pero ingresos al fin y al cabo, por los descuentos por volumen que una operación de este estilo representaría.
Suena sencillo, y de hecho lo es, pero falta que desde las AA.PP. y/o desde los sindicatos alguien o algunos se empeñen.
Hace falta un buen sistema de EVALUACIÓN DEL PROFESORADO, de forma que los/as alumnos/as puedan o escoger profesor/a (en centros grandes, debe ser público) o poder recusar y a medio plazo despedir a los/as malos/as profesores.
Pero en la Universidad española el sistema es de FUNCIONARIOS AUTOGESTIONARIOS, - en otros funcionariados como el de la justicia es similar - de forma que el funcionamiento es parecido al de una COOPERATIVA, donde aunque haya profesores/as por la decencia en la docencia, NO SE ATREVEN a criticar siquiera a los caraduras - por ser suave en el calificativo -. Es más los/las buenos/as profesores/as son los más vilipendiados por sus compañeros/as, la mayoría malos/as.
Además los altos cargos ministeriales y autonómicos suelen ser funcionarios universitarios, y no ex alumnos con ganas de arreglar las cosas, por lo que, sabiendo de su vuelta, ni se atreven a intentar cambiar las cosas.
Con este panorama, hasta que no llegue un presidente con ganas de revolucionar la docencia universitaria, y que ponga a alguien con las mismas ganas proveniente del movimiento estudiantil, que se sepa los trucos, chanchullos y mentiras de los/las profesores/as se seguirá retrocediendo.
Para empezar yo sugeriría que fuese obligatorio (ya que les pagamos todos los españoles) que cada asignatura tuviese un manual escrito por uno o varios docentes, de una o varias universidades, GPL publicado en la red, al menos en PDF.
Así cualquier ciudadano podría estudiar el manual / los manuales. Además los servicios de publicaciones de las universidades deberán publicar los manuales a precios razonables (impresión y poco más) organizándose en el caso de estudios poco concurridos para ediciones conjuntas con otros centros.
Esto vale tanto para las enseñanzas universitarias, como para las obligatorias y medias.
Añadiendo que se haga por capítulos para que los profesores/as puedan mezclar capítulos y hacer ediciones personalizadas para sus centros, en el caso de la enseñanza privada (concertada) donde dependen de los ingresos de la venta de libros, podrían mantenerlos bajando el precio de la factura a los padres al autoeditarlos.
Además los estudiantes, ante temas dificultosos podrían acceder mediante la web a aprenderlo de otras fuentes buscando otras redacciones de los capítulos más dificultosos para ellos.
Esta revolución editorial tendría víctimas, autores (no tanto) y librerías (no tanto por la competencia de centros y grandes almacenes) y editoriales (sobre todo) pero ganaría la sociedad.
Este movimiento, lo podrían empezar los sindicatos, que añadirían además ciertos ingresos si son listos proveyendo de servivios de impresión - aunque fuesen subcontratados -. Menos que las editoriales, pero ingresos al fin y al cabo, por los descuentos por volumen que una operación de este estilo representaría.
Suena sencillo, y de hecho lo es, pero falta que desde las AA.PP. y/o desde los sindicatos alguien o algunos se empeñen.
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